*El olor a arrachera se respira a varios metros de distancia, como un perfume que sacia los placeres del paladar
Juan David Castilla
Coatepec, Ver.- La suavidad de la jugosa carne se disfruta en cada mordida. El sabor es fuerte, pero su toque a la leña conquista a cualquiera. Los platillos son variados y los comensales pueden degustar cortes de arrachera, Rib Eye, costilla enchilada, chuleta de cordero o res, lomo de cerdo y hasta conejo asado; todo acompañado de un buen guacamole y un plato de frijoles de olla con epazote, con una sazón para recordarse.
Es el kilómetro 0.6 de la carretera Coatepec-Xico, a 600 metros de la gasolinera. Una cabaña, de unos diez metros de ancho y 20 de largo, construida con madera, lámina y una pequeña base de concreto, sobresale en la zona, junto con nubes de humo que desprende el asador de Carnes Texin, un restaurante campestre que abrió hace apenas un año con nueve meses.
El olor a arrachera se respira a varios metros de distancia, como un perfume que sacia los placeres del paladar, para quienes aman la carne. Esto obliga a los conductores a voltear hacia el negocio cuando se detienen en un tope sobre dicha vía de comunicación, donde, varios de ellos, toman el siguiente entronque para cambiar su ruta, volver al asadero y probar sus delicias.
Las dobladas también son altamente solicitadas por los clientes. Miden entre 20 y 30 centímetros y van rellenas de queso y distintos ingredientes, como chuleta de cordero, longaniza, cecina, salsa de chicharrón, flor de calabaza, champiñón y huitlacoche -un hongo que crece entre los granos del maíz y es considerado un manjar en México-.
La masa que acompaña al huitlacoche es suave y caliente porque la tortilla es recién palmeada a mano. El queso de hebra, nada salado, es derretido para mezclarse con el hongo, preparado con cebolla, y generar una especie de pasta, cuyo sabor es intenso, ahumado, con un toque similar al maíz, pero más exquisito.
El espacio es amplio para familias completas. Tiene un área exclusiva de estacionamiento y juegos infantiles entre un amplio jardín donde niñas y niños pueden correr de un lado a otro, sin que madres y padres de familia tengan que preocuparse porque toda la zona está cercada con malla metálica y una estructura de madera.
De acuerdo con el gerente Rafael Peredo, el restaurante tiene una capacidad para 150 personas, respetándose la sana distancia para evitar contagios de SARS-COV-2 (COVID-19). El espacio es abierto, se encuentra entre árboles y demás vegetación, lo que permite que los comensales disfruten de sus platillos en un espacio seguro.
“Son instalaciones al aire libre, contamos con un jardín amplio para los niños, completamente cerrado, es un lugar seguro, tenemos amplio estacionamiento, baños confortables y todos nuestros productos son de primera calidad”, comenta.
La distancia entre una mesa y otra supera el metro y medio. La gente tiene que ingresar con cubrebocas o protección facial y, en la entrada principal, hay un galón de gel antibacterial para que las personas lo apliquen en sus manos las veces que sea necesario.
Los meseros implementan las mismas medidas sanitarias en su persona y, pese a la pandemia, su humor no cambia. La atención y la calidad en el servicio son positivas. Incluso, desinfectan con cloro, las periqueras antes de que sean utilizadas por niñas y niños.
El establecimiento también ofrece paquetes de desayuno, en un horario de 8:00 a 12:00 horas, que incluyen jugo, fruta y café, cuya taza es rellenada las veces que el cliente lo solicite. Todo esto va a acompañado de antojitos, enchiladas, huevos al gusto, cecina y hot cakes.
Carnes Texin cuenta con otra sucursal en pleno Centro Histórico de Coatepec, sobre la calle Santos Degollado número 23, entre Miguel Lerdo y la calle de Bello, a dos cuadras del parque “Miguel Hidalgo y Costilla” y del Palacio Municipal.